EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE
LOS ENFERMOS
La Iglesia tiene un sacramento específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y atestiguado por Santiago.
Lo puede recibir cualquier fiel que comienza a encontrarse en
peligro de muerte por
enfermedad o vejez.
Se puede recibir varias veces, si se presenta un agravamiento de la enfermedad o si se presenta otra enfermedad grave.
La celebración de este sacramento debe ir precedida, si es posible de la confesión individual del enfermo.
Sólo puede ser administrado por los sacerdotes ( obispos o presbíteros).
La celebración
consiste esencialmente en la unción con óleo, bendecido si es
posible por el obispo, sobre la frente y las manos del enfermo acompañada de la oración del sacerdote, que implora la
gracia especial de este sacramento.
Los efectos:
Confiere una gracia particular, que une íntimamente al enfermo con la Pasión de Cristo, otorgándole
fortaleza, paz ánimo y también el perdón de los pecados, si el enfermo
no ha podido confesarse.
Además, este sacramento concede a veces, si Dios lo quiere, la recuperación de la
salud física.
se preparan para el paso a la vida eterna.
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